Llaman de la Mutua,
qué pereza. Una chica, muy maja
ella, me agradece que sea cliente después de tanto tiempo: “para premiar su
fidelidad, Señora Aleida -ya estamos con
el “Señora” de las narices –le vamos a hacer una oferta que no puede rechazar.
-De verdad que no me interesa, muchas gracias. Ya
tengo todo tipo de seguros –intento quitármela de encima sin ser borde, porque
cuando lo hago me siento fatal. Como
buena comercial que es, vuelve al ataque, está claro que no se va a rendir tan
fácilmente.
-Sí, Señora Aleida. Pero le ruego que me escuche
porque estoy segura que le va a interesar. Sabe usted que desgraciadamente cada
vez hay más casos de cáncer de mama entre las mujeres de menos de cuarenta
años.
-Sí, si lo sé, pero de verdad que no…..
-Pues la Mutua ha sacado un seguro para autónomos
como usted para que en el caso de que le diagnosticaran un cáncer de mama, no
se tuviera que preocupar por ningún tipo de cobertura económica ni sanitaria.
- Te lo agradezco pero no está en mis planes
ahora mismo enfermar de cáncer de mama –se lo digo entre risas, no lo puedo
evitar, esto parece una broma macabra.
Ella también se ríe, con delicadeza y tacto claro,
que el tema que nos ocupa es delicado. Le debo dar buen rollo o algo así, o
igual se piensa que me río porque soy una tía muy cachonda y muy simpática, que
no digo yo que no lo sea a veces, pero ahora, al recibir la llamada me estaba
cagando en la puta por los
dolores con los que la metástasis me
recuerda lo que le pone mi hígado.
-Por supuesto que no Señora Aleida, y ojalá que no
lo necesite nunca. Pero el cáncer es una realidad y teniendo en cuenta las
estadísticas de los últimos años hay que estar preparadas, y adelantarse para
que llegado el caso la enfermedad no suponga un problema económico para usted y
su familia.
¿El cáncer es
una realidad? ¿Hay que estar preparadas? Quien
le ha hecho el guion a esta chica estaba pensando en que el cambio de
tiempo no le pillara sin el último poncho de Zara en el armario o algo así.
Me estoy conteniendo y aunque estoy tentada resisto
a los impulsos de ser cruel y pegarle el corte de su vida. La pobre no tiene
culpa de nada, sólo está haciendo su trabajo.
-Mira, me pillas en un momento de mi vida en que el
cáncer de mama no es algo que me preocupe precisamente – me armo de paciencia y
se lo digo con un tono casi condescendiente. Si tú supieras criatura.
- Piénselo, es una enfermedad muy dura, y estar
cubierta mientras dura el tratamiento de verdad que puede suponer un alivio.
Estallo, me sale del tirón, sin elevar el tono, más
bien lo digo todo de una manera pausada, tranquila, muy correcta que para eso
mis padres me han enseñado a ser educada.
-Verás, que el cáncer es duro lo sé de primera mano.
Tengo uno de hígado en estadio IV, con metástasis en riñón, pulmones y huesos.
No sé si lo sabrás pero no hay estadio V. Así que, como ya te he dicho, no está
en mis planes tener cáncer de mama, solo me faltaba eso. Además, no creo que la
Mutua esté dispuesta a asegurarme teniendo en cuenta mi estado de salud actual
y que ya llevo unas dieciocho sesiones de quimio que cada vez me dejan más
debilitada.
Silencio primero. Debe de haber entrado en estado de
shock o algo así. Empieza a tartamudear y luego arranca a hablar muy deprisa.
-Lo siento muchísimo de verdad, no era mi intención…
yo no sabía, ¿Cómo iba a saberlo?…. no pretendía molestarla. Espero que se
recupere pronto, de verdad perdóneme.
Le digo que tranquila, que no pasa nada y en seguida
cuelga. Pobre. Me he pasado. No tengo ningún espejo delante pero puedo sentir
cómo se dibuja una sonrisa maliciosa en mi cara. El diablillo ha ganado al
ángel esta vez y aunque sea con una
desconocida a la que no estoy viendo la cara he dicho lo que de verdad me
apetecía, no lo que cause menos impacto a quien me esté escuchando.
Me voy a la cocina a preparar la cena con una
sensación extraña. Al abrir Spotify mi mano, como si fuera un ente
independiente del cerebro con voluntad propia, va a la lista de Muse y
pincha la versión del Feeling Good de
Nina Simone. Lo subo al máximo. Brutal.
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