sábado, 22 de diciembre de 2012

Magic

Hace un par de días quedé con mi amigo Dani para tomar un café.  11 años han pasado desde que terminamos la facultad y nos habremos visto 3 o cuatro veces. Todas ellas con algo en común: parecía que no había pasado el tiempo. Él me contaba sus cosas como si siguiéramos viéndonos todos los días; y yo a él también.  Cuando nos despedimos, la misma sensación de siempre. No sabemos cuándo nos vamos a volver a ver, pero sí que cuando nos veamos, aunque hayan pasado un par de años, tendremos la misma complicidad y la misma confianza.
Darte cuenta de que estás ante alguien especial y de que es tu amigo de verdad es una de las sensaciones más bonitas que se pueden experimentar.  La vida cambia, tú cambias, lo hacen tus circunstancias, también el círculo de gente con la que te relacionas.  Pero a veces, sólo a veces, tenemos la suerte de contar con amigos que sabes que están ahí más allá de la distancia y del tiempo. Y poder compartir un café juntos como si te vieras a diario, es, sencillamente, mágico.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Enough

El otro día, revisando papeles antiguos me encontré con una nota de una de mis sesiones con la Psicóloga. De hace año y medio. En ella apunté algo en lo que me insistía: tienes que escribir: trabaja la vida no vivida. Y me quedé todo el día dándole vueltas: pensando en porqué Los Días no Vividos es una de mis canciones favoritas de mis lesbianos. Curioso, pero, una semana después, en el concierto de Love of Lesbian, Santi Balmes comentó a propósito de esa canción: “dicen que los escritores escriben para poder vivir una vida que no es la suya”.
 ¿Puede ser que con una vida no nos baste? A algunas personas no. Y eso, puede suponer un problema. No se puede vivir una vida que no es la tuya sin renunciar a la que tienes. Te  enfrentas a consecuencias dolorosamente irreversibles.
 El “problema” llega cuando  te das cuenta que lo tienes todo, y aún así estás triste, desorientada, vacía. Algo no va bien, y no sabes qué. Puede ser que algunos no estemos programados para la felicidad. Te decepcionas a ti misma y te enfadas por sentirte así. Y decides, que tienes que ser feliz como sea. Y si tienes un montón de gente a tu lado que te quiere y que te apoya, entonces el problema está en ti. Y la solución también.
Así que me voy a dejar de gilipolleces de una vez e  intentar ser feliz y sentirme bien por mí misma. ¿Cómo? Ahí está la clave, aún no lo sé, pero seguro que encuentro la manera. Y pronto. No hay tiempo que perder. Como dice mi Pizzigato favorito: “¡Ya está bien! ¡Basta ya de arañazos! ".