Ir al Mercadona a las horas que no va ni Dios tiene muchas
ventajas. A parte de no encontrarte con todo tu barrio, y de no tener que ir
esquivando 5 carritos por pasillo, puedes ser testigo de alguna que otra confesión entre compañeras de
trabajo.
- Tía, no sé
qué me pasa. hoy estoy fatal! No sé si es el tiempo, pero estoy super
deprimida.-
-Anda, que
en un ratillo sales y pa casa.-
-Ya, a
seguir currando. ¡Anda que si tuviera unos añitos menos…… me iba yo a casar y a
tener hijos sabiendo lo que sé!-
A lo mejor solo tiene un mal día. Quizás esté pasando una
crisis con su marido; o los niños y el trabajo la tienen agotada… o simplemente
se ha dado cuenta de que ha hecho muchas cosas porque tocaba hacerlas y no
porque quería de verdad. Lo que está
claro es que a esta chica le pasa lo que a muchas cuando descubres que estás
llegando a la mitad del camino -o lo has pasado ya- y no te has enterado. Se te
escapa poco a poco. A veces te das
cuenta y tienes la inmensa suerte de
poder reaccionar a tiempo.
Hace unas semanas fui a ver a mi abuela a la residencia.
Todos los ancianos estaban en una sala muy grande viendo a una coral que les
amenizaba la tarde cantando villancicos. Algunos bailaban con las auxiliares.
Otros tenían la mirada perdida, no estaban allí. Más de una mujer tenía los ojos húmedos
mientras esbozaba una sonrisa, probablemente recordando alguno de los episodios
de su larga vida en los que fue feliz. Pero lo que más me impactó fue sentir
sus miradas clavadas sobre mí. Dulces, nostálgicas, llenas de ternura y sobre
todo, tristes, muy tristes a pesar de que me sonreían. En mí veían a esa mujer
joven, fuerte y ágil, con toda la vida por delante que fueron hace tiempo. “Si pudiera volver a ser
como ella” parecían pensar ; Poder sentir, reir, amar, llorar, vivir... algo
más que simplemente esperar la visita de la muerte.
Es curioso el miedo que se tiene a morir, sobretodo en
nuestra cultura occidental. Pocos se paran a pensar que lo verdaderamente aterrador es no aprovechar
la vida. Salí de la residencia aquel día
llevándome las miradas de esas mujeres conmigo. Muchas veces veo sus
caras y me prometo a mí misma hacer todo lo posible por no decepcionarlas. Aún
estoy a tiempo.
Como siempre una reflexión increíble,y esq es verdad ....en la sociedad en la q vivimos no valoramos las cosas, momentos,detalles hasta q los perdemos,o han pasado.
ResponderEliminarHay q disfrutar el momento y cada detalle q nos ofrece La Vida . Estamos a tiempo,quizá no sea demasiado tarde.
Gemita, tú eres de las personas que más sabe disfrutar del momento!! Para tí seguro que no es tarde :-*
EliminarCierto es... hay que aprovechar cada momento de la vida porque nunca sabes si habrá un mañana, pero también te digo que no hay que comerse tan poco tanto la cabeza, con las cosas que has hecho o has dejado de hacer... siempre te quedarán cosas por experimentar, sitios por ver, vivencias por vivir, esto es así, la vida es eso, consiste en eso, yo por eso creo en la reencarnación esta vida es demasiado corta para aprender todo lo que tenemos que aprender de ella, y en cada vida que vives te toca aprender ciertas cosas de ella, a veces buenas a veces malas... todas ellas validas para formarte como persona.
ResponderEliminarNunca te quedes con "mal sabor de boca" de decir: "porque no hice aquello". Afirma: "que bien que viví ésto, de todo podemos sacarle el lado positivo a las cosas, aunque a veces cuesta...
Estoy contigo Carol, creo que es mucho peor arrepentirse de lo que no has hecho que de lo que has hecho. Si a algo estoy aprendendiendo es a ser más positiva, y me está ayudando mucho :-)
EliminarYo normalmente aplico una cita que me parece una verdad absoluta:
ResponderEliminarDe mayor queremos ser pequeños y
De pequeños queremos ser mayores.
Podemos pensar en el "Carpe Diem" y es una buena filosofía pero estoy de acuerdo con Carol de que es mejor valorar o apreciar lo que hemos hecho que lo que no hemos hecho.
También estoy muy de acuerdo con Gemita respecto a que no valoramos las cosas hasta que la perdemos, es una verdad como un templo...AMEN!!!, jejejee.
Es cierto que cuando miras para atrás a lo mejor pienses que ha habido momentos o tiempo en tu vida que has perdido, que podías haber aprovechado de una manera o de otra, ya sabes el dicho "a toro pasado"...., y que poco a poco vamos haciéndonos mayores hasta que la vejez se apodera de nosotros pero remontándonos un poco a la Grecia clásica en la que había Dioses y mortales, los Dioses envidiaban, realmente, a los mortales simplemente por ser mortales, porque todo tiene un final y que cada día lo haces intenso ya que ese día no lo vas a volver a repetir, así que yo prefiero tener un final y saborear el tiempo del que he dispuesto o dispongo que si tuviese todo el tiempo del mundo sin tener que preocuparme de él.
Ser inmortal?? No me convence a mí tampoco Mercucio;le quitaría la magia a todo. Y esa magia es lo que hace la vida tan digna de ser vivida
Eliminar;-))